Caminas por lugares áridos
con pies ulcerados,
manos sangrando ácidos
y cuerpo y tez pálidos.
El sol calcina tu piel
sobre los rayos del ayer
y tus ojos fatigados no ven
que cerca está el enemigo aquel.
Ciñe tu pecho el triste lamento
de una madre que llora a su hijo muerto,
ves su congoja llevada por el viento
asfixiándola en un mar de tormento.
Nada recompensa tu sufrimiento,
ni las medallas que te adornarán,
ni las menciones que te darán,
ni las palabras que se lleva el viento.
Por tus venas corre amargura,
el dolor en tu pecho es insoportable
y en tu corta vida ya no es dable,
servir a la patria con bravura.
Se extingue tu vida en un segundo,
en manos del enemigo has caído,
sus balas de muerte te han herido
sabiendo que no puedes mejorar el mundo.
YALI
Derechos de autor: 10-226-210
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