Arañando el útero por fin alcanzó
el destello que en adelante
lo guiaría por el sendero ignoto
de esta enrevesada vía.
Y comenzó a sentir, a desear,
unas manos que lo acariciaran,
una dulce voz que lo hiciera vibrar
o un brazo fuerte del cual asirse
para comenzar el arduo transitar.
Ya de niño, vio aquellos extraños
nacidos en cuna de oro,
con toda la fortuna a sus pies
sin saberla aprovechar,
malgastando el dinero
sin pasar necesidad,
mientras él de lejos los mira
mendigando de su fortuna
tan solo un centavo
el cual sabe que no le va a alcanzar
ni para una miga de pan.
Y su vida pasa en niñez abatida,
recorriendo calles de infortunio,
viendo pasar la película de la vida
entre golpes, fracasos, hambre,
dolor, desamor e iniquidad.
Sin llegar aún a la adolescencia,
anhela un trabajo digno alcanzar,
para sostener a su familia
(padre, madre, hermanos, hasta sobrinos)
que viviendo en la miseria
solo han conocido necesidad,
sin un techo propio,
sin alimento en su mesa,
sin estudio para sus hermanos,
sin oportunidad de progresar.
Situación que lo lleva al extremo
de delinquir por ese pedazo de pan.
¡Ya no tiene oportunidad!
roba, hiere, mata sin pensar,
tan solo por su familia
que desea ver progresar,
pero termina en una cárcel
con sentencias de no acabar,
con esperanzas flotando en el aire
y sueños, divagando a la par.
YALI
Derechos de autor: 10-254-320
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