Llegaste a mí blanca y pura,
re rozó suavemente mi mano
y supe que no sería en vano
tener contigo una aventura.
Te recorrí palmo a palmo,
dibujé tu cuerpo suave
y como en solicitud clave
te impregné mi sentir en un salmo.
Reíste con mis alegrías,
lloraste con mis tristezas
y soportaste mis flaquezas,
aunque solo eran fruslerías.
Y en uno de mis arrebatos
arrojándote lejos de mí,
no sé por qué presentí
que no soportarías mis maltratos.
Y aún creyéndote fiel
pensé que regresarías,
pero te llevaste mis sensiblerías
a un olvidado baúl del ayer,
¡Indolente hoja de papel!.
YALI
Derechos de autor: 10-228-194
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