Era una tierna y frágil mujer,
era una hermosa doncella,
pero aquel enemigo vil,
osó ensañarse con ella.
Como el mar danzó desnudo
en su oleaje dormido
y en loco frenesí perdido,
no vió en su garganta el nudo.
Fue solo obra indecible
de la guerra improvisada,
abandonada a su suerte.
Fue el dolor imborrable
al ser por éste ultrajada,
que la hirió de peor muerte.
YALI
Derechos de autor: 10-226-249
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