¡Oh Colombia!, de exuberante suelo
bañado de sangre por el tirano,
que sembrando minas con dura mano,
atiborra a todos de desconsuelo.
De tu tierra fértil el detrimento
ven con amargura los desplazados,
emigrando en multitud arruinados,
porque han perdido todo en un momento.
Con mejillas quemadas por lágrimas,
recorren a prisa abruptos senderos
que a la monumental urbe los dirige.
Y con su vida impregnada de grimas,
advierten esperanza en estos fueros
sin intuir que también todo allí aflige.
YALI
Derechos de autor: 10-226-232
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