Esa palabra no existía
en mi limitado vocabulario,
hasta que aprendiendo a leer,
la repetía en mi colegio a diario.
Tu voz nunca he escuchado,
ni una caricia he sentido
y mi pequeño corazón dolido
de esperarte está cansado.
¡Cuánto añoro tenerte!
ir de tu mano al colegio
y sentirme todo regio
sin temor a perderte.
Que me acompañes en el camino
no importa si es pedregoso,
que me abraces como un oso
y sentir que eres divino.
Pero ya voy comprendiendo
que no estás en mi destino
y siento que eres el asesino
de mis sentimientos de niño.
YALI
Derechos de autor: 10-228-196
YALI
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