Fugaz fue tu muerte y paulatina,
al olvidado mundo inmóvil fuiste,
dejándome en soledad te perdiste
y mi vida entonces fue anodina.
A profundidades llegó el vacío,
el horizonte huyó de la ventana
y también del espejo en la mañana
sin quererlo huyó el reflejo mío.
En tu visión mi mirar deshabitado
quedó en tinieblas atrapado
y las noches fueron tormentosas.
Más al querer recuperarte, amado,
en gritos de clamor callado
te hallé en la esencia de las cosas.
YALI
Derechos de autor: 10-344-408
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