Esperé verte llegar
en el débil hilillo
sangrante de la pluma,
en un ajado retrato
o en una postal de ensueño,
¡Pero nunca ocurrió el milagro!
El eco de tus palabras
retumbaba en mi oído
y tu olor y aliento
me perseguía inadvertido.
Exiliada de tu presencia
de tus palabras, olor y aliento,
terminó por dormirse
el amor en mí sediento,
pero nunca tu recuerdo...
logré alejarlo
de mi pensamiento.
Se me pasaron los años,
se me cribó la candidez,
se me solidificaron los besos,
fui mujer y madre
y esculpí en el tiempo
cuerpos de desnudez,
que ruborizados
reclamaban nuestro ayer.
YALI
Derechos de autor: 10-315-197
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