Tras esa puerta me dejaste tu adiós
y nadie sabe si algún día volverás,
tras esa puerta quizá regresarás
a hacer realidad mis plegarias a Dios.
Mi corazón late lerdo en la espera,
mi mirada incierta se pierde en la puerta,
mi esperanza yace casi muerta
y solo veo mi última frontera.
Mi mano débil se torna indecisa,
mis ojos tras la vidriera se anegan
y el ósculo santo marchita mi boca.
Más la muerte se acerca y precisa,
mis aturdidos sentidos que bregan
soñando el regreso de tu huida loca.
YALI
Derechos de autor: 10-344-403
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