martes, 9 de octubre de 2012

SEMBLANTES




Despertó de madrugada
con dulce melodía de natura
y salió a recorrer las calles
que el fúlgido sol ya alumbraba.

Con paso seguro y caminar lento,
viendo a su alrededor, absorto,
cómo hasta el aire tiene vida,
al suelo vió caer de una rama
un polluelo que indefenso,
chillaba hasta perder el aliento.

Su madre angustiada
llegó hasta él en un vuelo
y pico a pico regurgitaba su alimento.

Siguió caminando y un solitario girasol
entre la maleza se erguía imponente,
buscando la luz de aquel son naciente.

Continuó su camino, sin prisa y sin afán,
observando la gente que con él se cruzaba
y analizando el semblante de sus rostros,
comprendió en un instante
el dolor que dentro lo calcinaba.

Rostros huraños que ni un saludo daban,
otros confusos como el agua turbia,
algunos tristes y melancólicos
que ni una sonrisa esbozaban.

Semblantes altivos y altaneros
reflejando todo su desprecio,
sin ver que su talante necio
aflige corazones guerreros.

Rostros de verdad y de dulzura
reflejada en pequeños angelitos,
que de la mano de mamá iban a prisa
regañados porque ya era tarde,
con tristeza y lágrimas en sus ojitos.

Regresó a casa con su mente confusa
por el marcado contraste
del enrevesado mundo
que la armonía de su naturaleza
el hombre cambia con su actuar profundo.

Y con su pobre corazón dolido,
que no halló en el camino un rostro amable
ni una sonrisa fresca
al clarear el día,
regresó a su mundo
de soledad vivida
y en su cuarto solo
frente al espejo,
¡Esbozo la sonrisa que le niega el mundo!.

YALI
Derechos de autor:  10-228-203

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