jueves, 3 de octubre de 2013

ODA AL MAR




¡Inmenso mar tranquilo y violento!
Galopan en ti las olas bravías,
cual amazonas en busca de presa
y sin un momento de quietud,
repites tu nombre 
Mar, Mar,  arrojándote 
contra el predador de tu belleza, 
pescador desorientado
que aún no comprende
tu sutil belleza.
¡Oh mar!, no todos
buscamos destruir tu grandeza.
No pierdas los estribos,
cuando en furia enojado
te adentras a la tierra 
estremeciéndola y en segundos...
viertes tus agitadas aguas
arrasando todo a tu paso,
dejando profundo dolor
en seres que contra ti
¡No tenemos nada!.
Seres que solo buscamos
saciar nuestra hambre
con tu fruto sumergido
y que nos deleitamos
con tus policromadas aguas
que permiten...
a tus entrañas un milagro.
¡Pero sí!, entiendo tu bravura,
entiendo tu enojo y tu proceder,
porque al mirar tu fondo
ya solo podemos ver sembradío....
de acero y cemento,
de latas y desperdicios,
de dolor y padecer.
Entiendo tu desolación
y tu gran impotencia
cuando el vil humano
empuña su cuchillo de acero
azotando tu vida marina
con sevicia, con redes 
y con arpones
dejando con vil recelo
los cetáceos en jirones,
tiñendo de grana
las aguas cristalinas
y elevando hasta el cielo
tu alma en negro duelo.
¡Así y todo!
tu furia es un remanso de paz,
porque cada día permites
que el vil humano
sacie todo su arrebato
brindándole generoso
las dádivas de tus entrañas,
el colorido de tus aguas,
el espejo de la noche
con el que robas
la luna y las estrellas,
donde todas se reflejan
con fino derroche,
el vaivén de tus olas
y el vibrar de tu cantar,
callando tu dolor
en incomparable
¡Melancolía abismal!.

YALI
Derechos de autor:  10-345-146

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