A diario tienes que trabajar
en aquel oscuro socavón,
por tu familia debes velar
y no te queda otra opción.
Acostumbrado a la oscuridad
tus ojos hiere la luz solar
y el color de tu piel
se torna negra sin pensar.
El frío, el lodo, la oscuridad,
hacen de tu vida eterno penar,
al saber que con pica en mano
en cualquier momento
la mina puede derrumbar,
mientras te esfuerzas por encontrar
el brillo tenue de algún metal,
que hará más rico a tu patrón
y a hermosa doncella adornará
causando a todos admiración.
Más en ese vivir de suntuosidad,
jamás ninguno va a imaginar
que por su antojo banal,
hay un minero que se juega la vida
entre congojas y soledad,
para que su amada familia
no pase angustias y necesidad.
YALI
Derechos de autor: 10-289-75
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