Con el clarear de la aurora
te bebí en cáliz de amor y ternura,
te convertí en mi atadura
y me difundí en tu aroma.
Cerré mis ojos
con hermetismo profundo
y de tu opacado mundo
acabé con los despojos.
Mi alma junto a ti,
en gozo siempre estaba
porque eras esa puerta,
que sin temor
al amor me llevaba.
Y enajenados los dos
en inquieto torrente,
matamos la sed
de bebernos frente a frente.
Y como reflejo en espejo
y como imagen ardiente,
nuestros cuerpos se unieron
con éxtasis soñador.
Pero todo acabó de pronto
allí mismo junto al mar,
el ocaso y tu,
mirándome fijamente
¡Se alejaron a la par!.
YALI
Derechos de autor: 10-348-108
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