¡Paraíso terrenal!
verde esmeralda reflejado
en el inquieto mar,
cristalina cabellera
recorriendo tu cuerpo
que se eleva al azul,
¡Eres tu, mi Madre Tierra!
esparciendo tus colores
en un deje de quietud.
Rojo, amarillo y grana,
despliegas en gratitud.
Flores hermosas que adornan
tu silencio abrazador,
perfumando el aire fresco
de tu magia de candor.
¡Cuánto diera por tenerte
Madre Tierra, así de bella!
pero te estamos acabando
con perjuicios que no cesan,
los ríos claman en llanto
recorriendo tus entrañas
y las sierras se comen la selva
en quejidos y lamentos.
¡Madre Tierra!
llevas entes en flirteos,
llevas vivos, llevas muertos!.
YALI
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