Siempre estoy sola y ahora escucho el viento
en suave susurro tu nombre llega,
hiriendo mi alma, cual saeta anega
mi pensar silencioso y polvoriento.
La soledad ríe con el viejo cuento
de este amor que duró tanto tiempo
y volando al olvido en contratiempo
hizo un torrente en mi pensamiento.
Descansa el horizonte sin ocaso
empapa mi corazón agónico
en el agua agitada del torrente.
Y detenido pregunta si acaso
regresarás a él, protagónico
reavivando de este amor la fuente.
YALI
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